La unión de estas dos sustancias se realiza con el fin de tratar afecciones que cursan con espasmos intestinales y pilóricos de diverso origen.
¿Qué es?
La butilescopolamina es un compuesto de amonio cuaternario que actúa como analgésico y espasmolítico mientras que el metamizol sódico es un analgésico. Ambas sustancias se indican para aliviar patologías que cursan con espasmos pilóricos y espasmos intestinales de origen urinario, biliar, renal o hepático. También se utiliza en casos de dismenorrea, espasmos postoperatorios, espasmos vesicales y tenesmo.
¿Para qué sirve?
Se utiliza para tratar dolores espásticos del tubo digestivo y en casos de aclasia, para estudios contrastados del sistema digestivo, tratamiento del espasmo gastrointestinal ocasionado por contracciones postoperatorias, en caso de dismenorrea, colon irritable, incontinencia urinaria, espasmos de vías biliares y urinarias, colon irritable, úlcera gástrica y duodenal.
Una ventaja de esta combinación es el gran margen que existe entre la acción espasmolítica y posibles efectos secundarios anticolinérgicos.
Presentación
Se presenta en cajas con 10 y 20 grageas.
Composición
Cada gragea contiene:
- Bromuro de butilhioscina: 10 mg.
- Metamizol sódico monohidratado: 250 mg.
- Excipiente, c.b.p. 1 gragea.
Indicaciones
Se indica en casos de espasmos y dolor paroxístico. También alivia cólicos en el sistema gastrointestinal, en las vías biliares y en las vías urinarias. Alivia cuadros espásticos en los órganos genitales femeninos y dismenorrea.
Advertencias
Se debe administrar bajo control médico en pacientes con un hemograma previamente alterado. En pacientes con presión arterial sistólica por debajo de 100 mm/Hg así como en los pacientes con una situación circulatoria inestable tales como infarto de miocardio, heridas múltiples y shock incipiente se debe administrar bajo estricta vigilancia médica.
Se incrementa el riesgo de un cuadro de shock, después de la administración de este compuesto por vía intravenosa en pacientes con asma bronquial que padecen de hipersensibilidad a los analgésicos y a los antirreumáticos así como en pacientes con signos de intolerancia después de haber ingerido cantidades mínimas de alcohol. Este cuadro de shock puede presentarse de inmediato o hasta una hora después de la administración.
Efectos secundarios
Entre las reacciones adversas más graves se tiene el shock anafiláctico, este se presenta con sudor frío, náusea, edema facial, sensación de opresión, taquicardia, escalofrío de las extremidades discromía y disnea. Es necesario acudir inmediatamente a un centro asistencial para una acción terapéutica intensiva. En estos casos se administra adrenalina bajo control de pulso y presión arterial, antihistamínicos, glucocorticoides, sustitución volumétrica y respiración artificial.
En casos muy raros se pueden presentar reacciones cutáneas serias con ampollas tales como el síndrome de Stevens-Johnson y síndrome de Lyell que pueden poner en riesgo la vida del paciente. En estos casos se debe descontinuáis el tratamiento y acudir al médico.
Pueden presentarse reacciones adversas de tipo anticolinérgico como xerostomía, alteraciones de la acomodación ocular, taquicardia, mareo, y retención urinaria. Estas son leves y de duración autolimitada.
En raras ocasiones pacientes con antecedentes de asma bronquial o alergias reportan disnea.
El metamizol, ha sido asociado a casos de agranulocitosis y trombocitopenia, estos llevan a tendencias hemorrágicas y hemorragias puntiformes de la piel o de las mucomembranas. Se debe estar atento a síntomas como fiebre alta, escalofríos, dolor de garganta, dificultad en la deglución, inflamación de garganta, de nariz, boca y de las regiones genitales durante el tratamiento, si se padecen se debe descontinuar el consumo y se deberá acudir inmediatamente al médico.
En pacientes con deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa puede presentarse anemia hemolítica.
Puede alterarse el color de la orina (adopta un tono rojizo) debido a la excreción del ácido rubazoico, un metabolito inofensivo del metamizol.
Contraindicaciones
- No debe administrarse a pacientes con antecedentes de hipersensibilidad al bromuro de butilhioscina o a los derivados de pirazolonas incluyendo el metamizol (dipirona).
- No debe administrarse en casos de porfiria aguda intermitente, granulocitopenía, así como en casos de déficit congénito de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa.
- No se recomienda su uso durante el embarazo, la lactancia ni por periodos prolongados.
Interacciones medicamentosas y de otro género
- En pacientes diabéticos es posible que se presente un efecto por parte del derivado del metamizol sobre la determinación enzimática de la glucemia con el método de la glucosa oxidasa.
- Puede potenciar el posible efecto anticolinérgico de los antidepresivos tricíclicos, antihistamínicos, quinidina, amantadina y disopiramida.
- El uso simultáneo con agonistas de la dopamina como metoclopramida, puede reducir los efectos de ambos fármacos en el sistema gastrointestinal.
- Puede potenciar los efectos taquicárdicos de los betas adrenérgicos.
- Puede reducir la concentración de ciclosporinas en sangre si se administran simultáneamente.
Alteraciones en los resultados de pruebas de laboratorio
No se han reportado alteraciones en las dosis y duración de tratamiento recomendados.
Manifestaciones y manejo de la sobredosificación o ingesta accidental
- Los síntomas más graves se deben al metamizol sódico. Los síntomas son de una sobredosis son mareos, vómito, náusea, dolores gastrointestinales, convulsiones, cuadros de excitación, espasmos clónicos, shock, parálisis respiratoria, coma, lesiones hepáticas y renales, retención de sodio y líquido con edema pulmonar en los cardiópatas.
- El tratamiento, si fue una sobredosis oral, consistirá en lavados de estómago o provocación del vómito, apomorina, instilación de carbón seguida de sulfato de magnesio al 15%. No responde a los parasimpaticomiméticos. En caso de una sobredosis en un enfermo de glaucoma, se debe utilizar pilocarpina local.
- De presentarse retención urinaria, se deberá utilizar un catéter.
- Las convulsiones se trataran con diazepam.
- Se controlan intensivamente las funciones vitales. Si se presenta hipovolemia se normaliza el volumen hepático con plasma o sustitutos del plasma. Se puede acelerar la excreción del medicamento mediante diuresis forzada o diálisis.
- En ocasiones se requerirá de respiración artificial o intubación.
- Si se presenta agranulocitosis, se tratará con dosis elevadas de penicilina, corticosteroides, antibióticos de amplio espectro, transfusiones de sangre y gamaglobulina.